“Energía Rural”, un proyecto de Biomatec, AECID y el IICA, beneficia a más de 3.000 productores agrícolas con energías limpias
- Energía Rural, impulsado por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), Fundación Biomatec, y con el apoyo económico de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), busca la creación de proyectos de energías limpias y renovables para aumentar la eficiencia en la productividad del sector agropecuario.
San José, Costa Rica, 10 de diciembre. Más de 3.000 Productores rurales de Bolivia, Colombia, Costa Rica y Guatemala transforman su producción agropecuaria con la utilización de tecnologías de bajo costo, que les permite el uso eficiente de energías de fuentes renovables en sus comunidades, informaron los responsables del proyecto Energía Rural en un evento de presentación de resultados.
Energía Rural, impulsado por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), Fundación Biomatec, y con el apoyo económico de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), a través de su programa ARAUCLIMA, busca la creación de proyectos de energías limpias y renovables para aumentar la eficiencia en la productividad del sector agropecuario.
A través de la conformación de equipos de trabajo en cada uno de los países que participan de la iniciativa, se desarrollaron 45 proyectos que han fortalecido a 28 organizaciones de base comunitaria y beneficiado a más de 3.000 personas en zonas rurales de las cuales el 56% son mujeres.
En los proyectos se utilizó principalmente energía solar fotovoltaica. La energía recibida a través de paneles solares se usó para iluminación, calentamiento, bombeo de agua potable, secado de granos, impulsar molinos de granos, aireadores, despulpadores y sistemas de enfriamiento.
Durante el evento Manuel Otero, Director General del IICA, reconoció el desbalance entre las ciudades y las zonas rurales en términos de oportunidades y calidad de vida. Sin embargo, destacó que proyectos como el de Energía Rural son fundamentales para cerrar esta brecha, mejorando la eficiencia energética y la calidad de vida en la ruralidad.
“Destaco la importancia de las zonas rurales en el desarrollo de las economías de la región y su potencial para innovar en la generación de energía”, finalizó Otero.
María Febres, Representante del IICA en Costa Rica, subrayó la importancia de la participación de diversos actores, incluyendo organizaciones de productores que se comprometieron con el proyecto y resaltó que el verdadero desarrollo es impulsado por las comunidades locales.
Febres expresó su emoción por las mejoras en la calidad de vida de los participantes del proyecto y señaló que los resultados positivos permitirán presentar nuevas propuestas y apalancar recursos adicionales. Mencionó que hay oportunidades emergentes en Guatemala, Bolivia, Colombia y Costa Rica, y que estos logros pueden inspirar proyectos similares en otros países.
También participaron en el evento Rafael García, Coordinador General de la Cooperación Española en Costa Rica; Cindy Torres, presidenta de la Fundación Biomatec y Kenneth Solano, Especialista en Gestión de Proyectos y Agronegocios del IICA y responsable del proyecto.
Rafael García destacó la importancia de la cooperación internacional y los desafíos que enfrentan los proyectos de desarrollo.
García expresó su satisfacción por los resultados alcanzados por el proyecto Energía Rural, resaltando que, como parte del programa ARAUCLIMA, el proyecto ha sido clave en la promoción del desarrollo sostenible en las comunidades rurales, el cual ha trabajado desde las bases comunitarias, aprovechando experiencias locales y utilizando socios tecnológicos e institucionales de alto nivel.
Por su parte Torres subrayó el impacto del proyecto en la resolución de desafíos sociales y antropológicos, sirviendo a poblaciones vulnerables y presentando casos exitosos que permiten transferir y proyectar soluciones tangibles. Enfatizó la importancia de la cooperación multilateral para el crecimiento de la región latinoamericana y la esperanza de lograr soluciones sostenibles.
Además, destacó la importancia de la acción social con propósito y la formulación de políticas y normativas técnicas que faciliten el desarrollo sostenible. Resaltó que el proyecto es un ejemplo vivo de colaboración y competencias, agradeciendo la oportunidad de trabajar en conjunto y compartir valores y misión.
Kenneth Solano puntualizó que los resultados alcanzados y los impactos generados en las comunidades rurales son la chispa que debe encender una llama aún más grande. “Hemos demostrado que es posible llevar a cabo intervenciones en zonas rurales, y que la relación entre el costo y los beneficios generados a nivel ambiental, productivo, económico y social es muy positiva” añadió.
“Todos los involucrados en el proyecto estamos comprometidos con la difusión y socialización de estos resultados, con la esperanza de poder replicar este modelo en más comunidades, organizaciones y países de América Latina y el Caribe, donde sabemos que las necesidades son similares y los impactos pueden ser aún mayores” finalizó Solano.
Protagonistas del cambio
Orlando Morichi, líder de la Asociación de Piscicultores Buena Vista (BUENA VISTA) en la Comunidad Buena Vista, Distrito Sapecho, Municipio de Palos Blancos, Bolivia, es uno de los beneficiarios del proyecto.
A través de la implementación de sistemas de aireadores eléctricos impulsados por energía solar fotovoltaica, han logrado grandes beneficios para la comunidad y la asociación. El uso de los aireadores ha generado un aumento significativo de la producción, mejorando la calidad del producto y la rentabilidad del proyecto, lo que ha permitido utilizar estos fondos para el crecimiento de la organización.
En Costa Rica, Juliana Espinoza y la Asociación de Productores de Cacao Agroambientales de Guatuso (ASOPAC) también forman parte de los protagonistas del proyecto Energía Rural. Utilizan secadores de cacao alimentados con energía proveniente de paneles solares, lo que ha permitido reducir y mejorar el tiempo de secado, obteniendo semillas de cacao con un mayor valor agregado.
El proyecto Energía Rural es un modelo exitoso de desarrollo sostenible, proporcionando a las comunidades rurales las herramientas necesarias para mejorar su calidad de vida y productividad a través del uso de energías limpias.